domingo, 24 de febrero de 2013

Propuestas para el Debate en el ENCUENTRO NACIONAL por UNA JUSTICIA LEGITIMA

Debate de Propuestas , hacia el Encuentrpo Nacional Por una Justicia Legitima del 27 y 28 . Publicado por el DIARIO pagina 12 - Domingo 24 de Febrero 2012
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DANIEL ERBETTA, JUEZ DE LA CORTE SUPREMA DE SANTA FE

Independencia y reforma penal

“El debate de la democratización no es en contra de nadie, sino a favor de instrumentos que permitan mejorar la legitimidad de origen, pero también la de ejercicio del Poder Judicial. Se trata de superar la desconexión que muchas veces existe entre una organización y sus prácticas, entre el Poder Judicial y las demandas sociales. Como dijo Raúl Zaffaroni, los argentinos nos hemos dedicado muy poco a pensar y repensar esto”, reflexiona el juez de la Corte santafesina Daniel Erbetta. “También hay que tener en cuenta que hay realidades y problemáticas particulares de la Justicia federal, de la ordinaria y según cada provincia. En Santa Fe, por ejemplo, tenemos un proceso de reforma procesal penal en marcha que podría representar un cambio verdadero, para que el Poder Judicial deje de dar misa a espaldas de la gente. Está en plena implementación”, explica.

–¿En qué aspecto sería democratizador?
–En Santa Fe los jueces ya no tienen despacho, tienen un colegio con una oficina común para todos. Va a haber una oficina de gestión judicial, donde están los empleados y allí se armará la agenda de audiencias. Llamarán al juez y le dirán cuándo tiene audiencia. El juez no necesita nada más, además no tiene que estar contaminado con elementos de la causa. El feudo de este modo de-saparece. Es una reforma (viene del peronismo y la está poniendo en marcha el socialismo) pensada para ser implementada a partir de septiembre u octubre de este año. Desde ya que va a costar, hay resistencias no explícitas. En este contexto, una de las cuestiones que hay que discutir es el contenido y alcance de la garantía de independencia judicial. Esto supone rechazar cualquier disciplinamiento ya sea que venga del poder político, del económico, de las corporaciones, de las partes del litigio, los medios, los poderes fácticos y de la propia estructura judicial. Dentro de un juzgado, por ejemplo, la sola delegación de funciones en un sumariante atenta contra la independencia. Es una de las cuestiones que tratamos de erradicar con los sistemas acusatorios basados en procesos orales.

–¿Por qué este tipo de reformas sólo se impulsan para la Justicia penal?
–Habría que extenderla, es cierto, a los procesos civiles. El fuero penal es la vidriera del sistema de Justicia. Pero la Justicia civil también tiene la responsabilidad de asumir un derecho o más protector de los débiles y vulnerables. La falta de una respuesta penal se traduce en impunidad.

–¿Y un amparo que lleva tres o cuatro años en la Corte, no es impunidad?
–Sí, hay un correlato. A veces la Justicia se confunde con un abuso cautelar del proceso, que posterga indefinidamente la discusión sobre el fondo del asunto. El Poder Judicial debe proteger los derechos individuales y colectivos, y poner límites a los otros poderes. Para asegurar eso, en la Justicia penal, hay que cambiar la selectividad estructural del sistema, la que va dirigida contra los sectores más vulnerables. Que se ocupe de los delitos. Y de reducir los niveles de impunidad, de falta de respuesta institucional.

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